viernes, 15 de marzo de 2013

reflexión sobre violencia contra la mujer

Si ud. es víctima de violencia doméstica: 

* no se aísle, busque familiares o personas amigas y cuénteles su problema. 
* busque un lugar donde refugiarse en momentos de emergencia, si se ve imposibilitada de quedarse en su hogar. 
* no se quede aguantando, pensando que todo pasará y que la calma volverá. La violencia puede ser peor y su vida y la de sus hijos corre peligro. 
* busque asistencia legal e infórmese de sus derechos y de las leyes que la protegen. 

Recuerde que: 

* ud.tiene el derecho a una vida libre de violencia. 
* no puede perder sus hijos. 
* ud.puede reclamar el derecho de sus hijos a recibir pensión alimenticia. 
* el ciclo de violencia no se rompe solo.Debemos hacer algo para cambiarlo. 
* la violencia doméstica es un delito que debe denunciar. 
* ayude a que sus hijos tengan un futuro sin violencia 

ALTO A LA VIOLENCIA

La violencia contra la mujer por parte de su pareja o ex-pareja está generalizada en el mundo dándose en todos los grupos sociales independientemente de su nivel económico, cultural o cualquier otra consideración. Aun siendo de difícil cuantificación, dado que no todos los casos trascienden más allá del ámbito de la pareja, se supone que un elevado número de mujeres sufren o han sufrido este tipo de violencia. Estudios realizados en países por desarrollar arrojan una cifra de maltrato en torno al 20%, encontrándose los índices más bajos en países de Europa, en Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón con cifras en torno al 3%. 
En la pareja el maltrato es mayoritariamente ejercido por él contra ella. Tiene unas causas específicas: los intentos del hombre por dominar a la mujer, la baja estima que determinados hombres tienen de las mujeres; causas que conducen a procurar instaurar una relación de dominio mediante desprecios, amenazas y golpes. 


La violación es, sin ningún género de dudas, la forma más evidente de dominación ejercida, de manera violenta, por los hombres sobre las mujeres.En ella se traslucen los iconos atávicos presentes aún en la mente del hombre, lo que se conoce como machismo: implica un menosprecio de la mujer considerándola como mero objeto destinado a satisfacer las apetencias sexuales y la convicción de que la mujer debe estar sometida al hombre. No supone considerar a la mujer inferior al hombre en una cuestión de grado sino el considerarla un ser inferior, un ser con el que se pueden cometer todo tipo de excesos. 
La violación produce efectos devastadores que van más allá de los causados por la violencia ejercida. Las mujeres violadas pueden caer en profundas depresiones, pudiendo llegar a suicidarse, pueden cambiar su carácter volviéndose más retraídas, caer en el consumo de alcohol o drogas,… El sida o quedar embarazadas de su agresor son también sus posibles consecuencias. Las mujeres victimas de la violación sufren una doble agresión, a la del agresor se suma la de la familia y la comunidad. La mujer violada queda estigmatizada por una familia y una sociedad que depositan su honor en su cuerpo. En según que culturas puede ser asesinada por miembros de su propia familia para «lavar su honor» o sufrir su rechazo y el de la comunidad. 

Según fuentes de las Naciones Unidas, durante la década 1990-2000, el tráfico de personas con destino en la prostitución se cobró 33 millones de víctimas, tres veces más que el tráfico de esclavos africanos durante cuatrocientos años calculado en 11.500.000 personas. 

Este, también, es un crimen universal. Las mujeres captadas con engaños o por la fuerza pueden pertenecer a cualquier país, principalmente países donde la población sufre carencias económicas o países en guerra, y el destino puede ser su propio país o cualquier otro, en este caso, principalmente países ricos. 

La explotación sexual convierte a las víctimas en esclavas. Los proxenetas se enriquecen manteniendo a las víctimas en condiciones infrahumanas, atemorizadas y amenazadas, obligadas a ejercer la prostitución en condicciones de explotación. 

Desde el feminismo se ve como medio para combatir este tráfico el combatir la prostitución, acabar con el comercio sexual que, consideran, degrada a la mujer. El debate sobre la prostitución está abierto, existiendo grupos, entre ellos grupos de mujeres dedicadas a la prostitución, que consideran esta elección un derecho, y organizaciones feministas dispuestas a erradicarla. 


MALTRATO FEMENINO



La violencia contra la mujer comienza en la infancia y es en la familia donde principalmente se ejerce esa violencia. La infancia es especialmente vulnerable a la violencia y la niña sufre un plus añadido por su condición femenina. A la ablación, generalizada en determinadas comunidades e ineludiblemente ligada al sexo femenino, el comercio sexual que puede arrancar ya en el seno de la familia con la venta de la niña, o el infanticidio y los abusos sexuales, más frecuentemente ligados al sexo femenino, se une una más estricta autoridad paterna, ejercida también por hermanos, y una educación discriminatoria que limita sus expectativas vitales. 

Violencia Contra la Mujer



La violencia contra la mujer está ligada a la consideración de la mujer que se desprende de la familia patriarcal. La humanidad en sus orígenes pudo estar constituida por comunidades matriarcales, así lo expuso Lewis Henry Morgan, considerado uno de los fundadores de la antropología moderna, en su libro La sociedad primitiva en 1877. «La abolición del derecho materno fue [pudo ser] la gran derrota del sexo femenino». Actualmente la familia patriarcal puede aparecer desdibujada tras siglos de esfuerzos de la mujer por emanciparse; en sus orígenes, convirtió a la mujer en objeto propiedad del hombre, el patriarca. Al patriarca pertenecían los bienes materiales de la familia y sus miembros. Así, la mujer pasaba de las manos del padre a las manos del esposo, teniendo ambos plena autoridad sobre ella, pudiendo decidir, incluso, sobre su vida. La mujer estaba excluida de la sociedad, formaba parte del patrimonio de la familia, relegada a la función reproductora y labores domesticas. 

DIA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO


En 1993 las Naciones Unidas reconocían «la urgente necesidad de una aplicación universal a la mujer de los derechos y principios relativos a la igualdad, seguridad, libertad, integridad y dignidad de todos los seres humanos». También reconocía el papel desempeñado por las organizaciones en pro de los derechos de la mujer, organizaciones que facilitaron dar visibilidad al problema. 

Siendo la violencia contra la mujer un problema que afecta a los derechos humanos, que «constituye una manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a la dominación de la mujer y a la discriminación en su contra por parte del hombre e impedido el adelanto pleno de la mujer, y que la violencia contra la mujer es uno de los mecanismos sociales fundamentales por los que se fuerza a la mujer a una situación de subordinación respecto del hombre», ve la necesidad de definirla con claridad como primer paso para que, principalmente los Estados, asuman sus responsabilidades y exista «un compromiso de la comunidad internacional para eliminar la violencia contra la mujer». 

La declaración incluye seis artículos en los que se define la violencia contra la mujer y las formas y ámbitos de esta violencia, al tiempo que enumera los derechos de las mujeres para alcanzar la igualdad y su pleno desarrollo e insta a los Estados y organizaciones internacionales a desarrollar estrategias y poner los medios para erradicarla. 

En el mismo sentido, el 5 de marzo de 1995, se adoptó la «Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer: Convención de Belem Do Para». 




no al maltrato femenino


a violencia contra la  es la violencia ejercida contra las mujeres por su condición de mujer. Esta violencia presenta numerosas facetas que van desde la discriminación y el menosprecio hasta la agresión física o psicológica y el asesinato. Produciéndose en muy diferentes ámbitos (familiar, , formativo,..), adquiere especial dramatismo en el ámbito de la pareja y doméstico, en el que anualmente las mujeres son asesinadas a  de sus parejas por decenas o cientos en los diferentes países del mundo. 

Al menos una de cada tres mujeres en el mundo ha padecido a lo largo de su vida un acto de violencia de género (maltrato, violación, abuso, acoso,…) Desde diversos organismos internacionales se ha resaltado que este tipo de violencia es la primera causa de muerte o invalidez para las mujeres entre 15 y 44 años. 

No solo en colombia hay maltrato si no en todo el planeta


La intolerancia contra las mujeres sigue siendo protagonista en el país. En días recientes, problemas pasionales, de dinero, celos y falta de diálogo continúan en el tapete de las principales causas de las agresiones a las que son sometidas las colombianas por sus parejas y que, por temor o dependencia económica de sus compañeros sentimentales, no se atreven a denunciar.

En lo que va de 2012, Atlántico y Santander presentan los casos más publicitados de violencia intrafamiliar contra las mujeres, lo que evidencia la necesidad de implementar campañas de prevención y concientización para que ellas sepan cuando denunciar.

Cecilia Barraza, directora de la corporación Humanas, afirma que este tipo de agresiones es un problema de salud pública y de grave violación de derechos humanos.

Barraza expone que la dependencia económica y el temor de perder a sus hijos hace más difícil que una mujer denuncie. "Pasan muchos años para que lo hagan, por lo que están en peligro de muerte", agrega.

Según Cifras del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, entre enero y diciembre del año pasado, 17 mujeres murieron en Bogotá por causa de maltrato por su pareja. Antioquia y Santander presentaron 11 y 12 casos respectivamente.

La senadora del partido MIRA Alexandra Moreno Piraquive, quien lidera la Comisión Legal para la Equidad de la Mujer del Congreso de la República, está de acuerdo con Barraza en que la dependencia económica es una causa principal para que las mujeres se abstengan de denunciar y resalta que la primera acción que el Estado debe adelantar es "más oportunidades laborales que favorezcan a la independencia de las mujeres".

Yolanda Montaña Salinas, representante de la Iniciativa Mujeres por la Paz (IMP) en el Pacífico colombiano, dice que las más vulnerables a este tipo de violencia son las mujeres rurales, principalmente en zonas donde hay poca presencia del Estado.

Montaña Salinas también hace énfasis en que "para que una víctima denuncie se necesita un acompañamiento psicológico y jurídico".

Al respecto, la alta consejera presidencial para la Equidad de la Mujer, Cristina Plazas Michelsen, recordó que, con el nuevo POS, las mujeres víctimas de maltrato tendrán asistencia sicológica por más tiempo.

Existe varios tipo de maltratos


Existen dos tipos de maltratos, el físico y el psicológico, el primero peor que el segundo y viceversa. Comprender por qué se dan estas situaciones es difícil o directamente no se puede, pero si algo tengo claro es que a esto no se llega de golpe, por sorpresa como algunos (desde mi punto de vista), equivocadamente creen. El maltrato físico (que es en el que me voy a centrar) no es exclusivo de los hombres, pero quizás sean quienes más lo empleen, porque el maltrato psicológico además de ellos también lo emplean las mujeres, y como he dicho antes no me atrevería a decir cual es peor que el otro. No pretendo decir nada para justificar el maltrato físico que ejercen algunos hombres por supuesto, ni de mi boca saldrá que la culpa es de la mujer que lo sufre, pero sí que hay algo de lo que ella es culpable, y es el haber dado lugar a que se diera esa situación.

Es verdad que no tengo conocimientos del tema, pero digo, y sabiendo que cada situación de maltrato es diferente, que muchas mujeres se condenan ellas mismas a ese infierno pudiéndolo habido evitar. Los argumentos de que el amor es ciego y no deja ver los defectos del otro que se lo cuenten a quienes se lo crean, el amor permite verlo todo, otra cosa es tener la capacidad de decir que no a lo que no conviene, y ese el problema, que las mujeres debemos ser muy débiles y parece ser que el “amor” de un hombre compensa unos malos tratos.

Decía una compañera mía en un debate, que el hombre no es así al principio, que primero todo es perfecto, puede ser un tipo genial, el novio ideal, pero que es luego cuando cambian las cosas. Eso no se lo traga nadie, antes de la bofetada o el puñetazo, hay miles de señales, porque yo creo que todos los maltratadores responden a un mismo patrón de comportamiento; son novios muy acaparadores, celosos, controladores, que tiene malos modos con su pareja y yo diría que tienen poca autoestima y son inseguros. Tengo claro que todas las campañas que hay lo único que van a conseguir (y de hecho ese es su fin) es denunciar los maltratos, pero no hay manera de evitarlos, por lo que el problema seguirá existiendo. Seguirán habiendo mujeres maltratadas, habrá más protección para ellas, pero el problema seguirá ahí.

¿Qué propongo? Ni idea. Pero creo que la solución no es que la mujer sea valiente para denunciar unos malos tratos, la solución es que la mujer sea valiente de dejar al hombre en los primeros síntomas. Porque parece de broma, pero hay chicas jóvenes que sus novios les han levantado la mano o incluso las han golpeado, y siguen con ellos. De todas formas el fin de este post no es dar soluciones, es simplemente dejar claro que el problema no aparece de la noche a la mañana, que un hombre bueno no se convierte en un monstruo sin darnos cuenta, que eso se ve de antes, y defender lo contrario es tan injusto para los hombres como lo injusto que pueda ser que una mujer sufra maltratos. 

Maltrato con las mujeres

Cada 6 horas, una mujer colombiana esado y un promedio diario de 245 son víctimas de algún tipo de violencia. Entre el 2001 y el 2009, más de 26.000 mujeres quedaron embarazadas a causa de una violación, y en la última década cerca de 400 mil fueron abusadas. Acción Social tiene registradas más de 1.950.000 desplazadas: el 30 por ciento salió de sus hogares por violencia sexual y el 25 por ciento volvió a sufrir abuso en los lugares de refugio. Muy pocos casos están judicializados. 'Profesión: Mujer, Ni un abuso más', es un trabajo multimedia de EL TIEMPO Casa Editorial, que busca incentivar la campaña de No Violencia, e invita a las mujeres a denunciar para frenar la impunidad.